lunes, 14 de mayo de 2007

Opiniones como culos

Más de 45 minutos esperando para entrar el médico, en una sala llena de gente. La mochila pesa mucho, hace mucho claro, la subida es muy larga. Consigo llegar a la facultad. Tengo que hablar con gente con la que no quiero hablar. Me pasan una llamada, me dan una carta y descubro que se me exigen responsabilidades que yo ni siquiera sabía que tenía.

La gente exige cosas, muchas, y no de muy buena formas.

¿Hasta qué punto una persona que pone en duda el derecho a la libertad de expresión de otra tiene derecho a exigir cosas sin tener conocimiento de lo que está pidiendo y llegar a insinuar mi inutilidad por no haber supuesto todas las responsabilidades y acciones que esta persona me exige?

Aunque lo pueda parece, no estoy enfadada, estoy muy tranquila, sentada en mi cama escribiendo esto.

Y entonces, ¿a qué viene todo esto? El otro día fui a una conferencia sobre la Web 2.0. Dicen, comentan, que esta nueva "versión" de la web crece gracias a los propios usuarios de la misma. Se crean redes sociales, se intercambia información que se extiende y aumenta su relevancia si los usuarios así lo deciden. Todo esto está muy bien, pero ¿está la gente preparada para tanta información subjetiva y tantas opiniones vertidas?

Vamos, hay mucha gente que exige la perfección, que no tolera fallos, malentendidos. Hay otras que prefieren arreglar las cosas a su manera. Hay gente paciente, comedida, respetuosa con los demás. Hay personas a las que no les gusta el contacto social, que no lo necesitan. Hay gente que necesita ese contacto, saben disfrutarlo, aprovecharlo, aprender de los demás. Hay gente a la que los demás les resultan indiferentes. En definitiva, hay mucha gente y cada una tiene su forma de ser, de actuar, de pensar, de vivir y disfrutar.

No creo que la mentalidad de las personas sea la adecuada para escuchar tantas opiniones, tantas críticas, tantos comentarios.

Y antes tal avalancha de información y opiniones vertidas, algunas de ellas amparadas en el anonimato, ¿qué se puede hacer?

Determinar que información u opiniones son consideradas adecuadas o no, pueden resultar ofensivas o no, pueden molestar a unos o a otros, no es una tarea sencilla, por mucho que algunas personas consideren que sí lo es y que además lo es de una manera totalmente objetiva, sin ningún género de duda, y exijan que se elimine ese contenido. Pero creo que nadie puede determinar, de forma objetiva, si lo es o no.

Es más, exigen que la persona que ellos consideran responsable (ya que es eso, una consideración personal de como deben o deberían funcionar las cosas) lea previamente toda la información antes de hacerla pública, y no sólo eso sino que consideran objetivamente que ese contenido del que te hablan tiene claras connotaciones ofensivas y eres inútil por no haberlo eliminado antes.

¿Quién decide si hay que eliminar o no esa información? ¿Hace falta llegar a las denuncias porque una persona exprese su opinión sin siquiera haber intentado arreglar las cosas hablando? ¿Hace falta llegar tan lejos como para llevar a una decena de personas a un juicio por presuntas amenazas por el simple hecho de mostrar públicamente una opinión contraria a la que tú tienes? ¿Hasta qué punto vamos a llegar? ¿Volveremos a la época de la inquisición? ¿Cuándo mejor comunicados estamos es cuando más nos vamos a tener que callar?

Ni siquiera se a donde quiero llegar con todo esto, sólo divago y describo lo descontenta que estoy con este mundo y con la gente que lo crea.

Creo que no encajo aquí, siento que siempre voy contracorriente.

Yo no me creo perfecta, ni muchísimo menos, pero creo que el mundo , en general, tiene la mente muy cerrada. No tengo que irme muy lejos para darme cuenta de que la mayor parte de la gente ve a los demás como sus adversarios. No los escuchan, no atienden a nada de lo que les dicen porque piensan que lo hacen por maldad.

Soy una persona bastante terca, es difícil convencerme de algo cuando tengo una opinión contraria, pero intento escuchar las opiniones de los demás y respetarlas me parezcan bien o mal.

Si alguien opina sobre algo que estoy haciendo o he hecho intento escucharla, razonarla y ver si puedo sacar algo en claro de lo que me dice. Quizá esa persona consiga, con esa opinión, que yo cambie algo o pueda enseñarme alguna cosa, pero siempre intento respetarla y, desde luego, nunca aludir a frases como que "la libertad de expresión está muy bien pero en este caso mejor te quedabas calladito".

Esa es mi postura ante las opiniones de los demás, y no llego a entender porqué la gente reacciona de manera tan violenta ante ellas. Puede que te hagan una crítica constructiva, puede que no lo sea pero que intente comunicarte que algo no va bien. Pueden ser miles de cosas. No creo que sea bueno reducirlo todo a "esto va en contra de lo que yo pienso así que voy a atacarlo".

Además, somo humanos, seguro que las cosas se pueden arreglar hablando, ¿por qué no aprovechar esta ventaja de la evolución?